Las canciones con mejor letra en inglés Layla Eric Clapton

Escrito por el 2 mayo, 2020

Pattie Boyd, la musa del rock


George era amigo de Eric. Eric se enamoró de Pattie, que estaba casada con George. Pattie no dijo ni que sí ni que no. Eric escribió ‘Layla’… No esperen perdices al final del cuento

El 26 de diciembre del año 1964 , a la salida de los camerinos del viejo cine Odeon, en Hammersmith (Londres), Paul McCartney se tropezó con Eric Clapton, el guitarrista de los Yardbirds. Los Beatles actuaban en el Odeón durante todos aquellos días de Navidad. Empezaron sus conciertos la misma tarde de Nochebuena y acabaron justo en Nochevieja. En aquellos años, no se paralizaba Inglaterra como ocurre en estos días. Aunque los Beatles eran dioses y los Yardbirds acababan de empezar, el atrevido Eric Clapton, que sólo tenía 19 años, se acercó a pedirle a Paul que le presentara al resto de los Beatles. John le saludó despectivamente. Ringo ni miró a Eric. El único que le hizo caso fue George Harrison. Congeniaron a la primera. Hasta el punto de que George le enseñó su colección de guitarras Gretsch, que eran las que más utilizaba. Clapton incluso se permitió insinuarle que gastara unas cuerdas más finas que él compraba en una tienda llamada Clifford Essex.

Eric Clapton no volvió a ver a George hasta el 22 de mayo de 1967, cuando los Beatles llegaron como en una marcha imperial al Speakeasy, el club de moda en Londres. Lo regentaba Alphi OLeary, que ya había dirigido con éxito el Emerald para los mafiosos hermanos Kray. George Harrison se abalanzó sobre el disc-jockey y le exigió que pusiera a todo volumen un acetato que acababan de obtener de su nuevo álbum , ‘Sgt. Peppers’. A Eric, en su delirio por el blues, tras haber pasado por John Mayall y en pleno éxito de sus Cream, no le gustaban los Beatles, pero como su mánager era el australiano Robert Stigwood, que trabajaba también para la oficina de Brian Epstein, el mánager de los Beatles, no le quedó más remedio que aguantar con una tibia sonrisa todo el disco, agarrado a la modelo Charlotte, con la que salía en esos días.

Crema y George

Una lluviosa mañana de mayo de 1968, Eric Clapton se había presentado en las oficinas de su mánager, Robert Stigwood. Quería hacer constar que su decisión de romper con los Cream era absolutamente irrevocable . A la salida del despacho, se tropezó con George Harrison, que también estaba en las oficinas, ‘el despacho’ de los Beatles antes de que se mudaran definitivamente a Apple, en Saville Row. Stigwood hacía de Brian Epstein, que se había suicidado el verano anterior, en aquellos días en que los Beatles eran como pollos sin cabeza.

Eric y George empezaron a verse frecuentemente y a consolidar una seria amistad. Clapton acudía con asiduidad a la casa de Harrison en Esher. Allí le esperaban el té con pastas y ese algo más que simpatía que le ofrecía Pattie Boyd, que se había casado con George cuando la modelo sólo tenía 20 años , a la que conoció durante el rodaje de ‘A hard day’s night’. En aquellos días, George le ponía constantemente a Eric acetatos de sus canciones . Por ejemplo, ‘Piggies’ o ‘Savoy truffle’, todas dentro del álbum blanco de los Beatles, que estaban grabando en aquellos días.

Una soleada mañana, el 6 de septiembre de 1968, George recogió en su Mini especial a Eric de su casa de King’s Road y se lo llevó al estudio Dos de Abbey Road. Ante el asombro de Eric, el guitarrista de los Beatles quería que tocara la guitarra en un tema de los Beatles. Increíble.Por supuesto, era un tema de George llamado tentativamente ‘While my guitar gently weeps’. Ante la mayúscula sorpresa de Eric, John y Paul no dijeron nada. Paul se puso al órgano para discernir con precisión los acordes de la canción. Y, a continuación, Eric Clapton hizo una imponente interpretación y un solo espléndido a la primera toma. Todos quedaron contentos. Incluso Eric logró que las relaciones entre los Beatles no fueran tan hostiles como lo habían sido durante la primera parte de la grabación del famoso disco blanco.

Dos guitarras rivales

Pero tras la gloria de la canción llegaron los primeros problemas entre Eric y George. Harrison confiaba tanto en Clapton que le dejó los cuatro acetatos del álbum blanco doble de los Beatles. Eric se los llevó a América, para la gira final de Cream. Irresponsablemente, Clapton le puso los temas de los Beatles a todo bicho viviente. Y George se enteró porque la indiscreción había llegado a oídos de Paul. Harrison llegó a amenazar a Eric con denunciarle ante los tribunales.

Pasados unos meses, Eric Clapton se compró su famosa casa de estilo italiano, Hurtwood Edge, el capricho de su vida, el lugar en el que sigue viviendo. Se había convertido en vecino de George Harrison, porque el beatle vivía en una enorme casa llamada Kinfauns, en una zona residencial de Esher, a pocas millas de la casa de Eric, que casi se hizo un fijo diario en casa. Clapton quería ver a Pattie, y empleaba la excusa de la música de George.

El problema fue que día a día, Clapton se enamoraba de Pattie Boyd. El guitarrista idealizó a la mujer de su amigo desde que un día habló con ella unas cuantas frases a solas, durante la despedida de los conciertos de Cream, en el Royal Albert Hall, en noviembre del año anterior. De aquellas cariñosas visitas salieron dos grandes canciones. George ayudó a Eric en la famosa ‘Badge’, el single de ‘Goodbye’, del disco de despedida de los Cream. El título fue sugerencia de Ringo en un día de borrachera. Como George no podía firmar por imperativos legales, apareció como «L’angelo misterioso» en el disco de los Cream.

La otra gran canción fue ‘Here comes the sun’, del álbum ‘Abbey Road’, compuesta por las guitarras acústicas de George y Eric en el jardín de la casa de Esher. Por seducir a Patti, Eric se prestaba a todo lo que pidiese George. Patti, más interesada en el plano sentimental que en el musical, sabía que Clapton vívía solo en la inmensa casa de Hurtwood, y jugó a buscarle varias novias. Una de ellas fue su hermana pequeña Paula.

Incesto

Pero Clapton ya estaba obsesionado con la mujer de su mejor amigo. Suele suceder. La noche del 13 de de septiembre en 1969, la noche en que Clapton había tocado en el Varsity Stadium de Toronto como guitarrista de la Plastic Ono Band de John Lennon, Eric fue directamente por Pattie, aprovechando que John sostenía una discusión con George. Por aquellos días, Lennon acusaba a Harrison de haberse convertido en un pervertido y de cometer incesto. George se había acostado varias veces con Maureen, la esposa de Ringo. Pattie tuvo casi que sacarlos de la cama una noche en que se habían liado en una de la habitaciones de Friar Park. John siempre decía que George era un farsante. Mucho rezo espiritual, mucho Maharashi, pero que era otro pervertido como el protagonista de ‘Sexy Sadie’, es decir, el Maharishi Yogi, con el que habían estado en la India en la primavera del año anterior.

John Lennon tampoco estaba como para tirar la primera piedra, porque él mismo había cortejado a Pattie Harrison varias veces. La más sonada fue antes de su boda con George. También ocurrió algo en la noche en que los Beatles dieron una fiesta en el Hotel Royal Lancaster, en diciembre de 1967, con motivo del estreno de ‘Magical mystery tour’. Aquella noche, John, disfrazado de ‘teddy bear’, se puso algo más que pesado con Pattie, incluso en presencia de su esposa Cynthia. Tuvo que salir Lulu para detener un altercado. George también conocía los dibujos pornograficos que John había hecho con Pattie de protagonista y que muy indiscretamente había enseñado a Mick Jagger, otro de los depredadores atentos a la belleza de Pattie .

Así que el ataque de Eric en Toronto parecía otra de las escaramuzas amorosas que Pattie rechazaba cada poco tiempo. Pattie siempre advertía a Clapton de que estaba muy enamorada de George, pero aquel día pasó algo diferente- Pattie decidió arriesgarse. El paso hacia el gran triangulo amoroso lo dio pocas semanas más tarde. Exactamente, el 14 de diciembre, cuando por aquellos días, Eric Clapton y George Harrison se habían convertido en dos simples guitarristas de acompañamiento en la gira de un matrimonio norteamericano, los formidables Delaney and Bonnie.

Ambos tenían que tocar en Liverpool, que para George seguía siendo algo especial. Para disimular, Pattie se llevó a su hermana pequeña Paula, de tan sólo 17 años. Tras el concierto en el Empire, Eric se quedó perplejo con la proposición que le hizo George. En un aparte, le sugirió que él se acostara con su mujer Pattie y que él se quedaba con la hermana Paula, que le ponía «muy cachondo». Eric le dijo que sí, pero, al final, George se rajó. Todos menos la pobrecita Paula se quedaron con las ganas. Eric, al final, tuvo la ‘delicadeza’ de pasar la noche con la ‘teenager’. Fue sólo el comienzo. A los pocos días, Paula se instaló en Hurtwood, la mansión de Eric.

Poco más tarde, los Harrison dejaban de ser vecinos de Clapton. George se había comprado una especie de mansión/templo que había pertenecido a los salesianos españoles de San Juan Bosco. Se llamaba Friar Park. Le costó a George 140.000 libras esterlinas. Más que una fortuna en aquellos años.

Una carta de amor

Con pasos sibilinos, Eric utilizaba a Paula para no dejar de ver a Pattie, incluso en Friar Park. Una noche en que Eric sabía que George no estaba con Pattie, se presentó en la mansión, con una botella de vino. Logró que Pattie le besara. Un beso intenso, excitante. Eufórico y borracho, a la salida de la mansión, Clapton tuvo un accidente con su Ferrari. Los coches de lujo que había descubierto en el garaje de Harrison también se habían instalado con pasión en su vida.

Otra tarde, al recibir el correo, Pattie leyó una cursi y profunda de carta de amor. Pensó en un primer momento que se trataba de una locura de alguno de los ‘frikis’ seguidores de los Beatles. Pero, por la noche, Eric llamó por teléfono para preguntarle a Pattie si había leído su carta, ante la consternación y sorpresa de la señora Harrison. Ella le contestó con frialdad y le aconsejó que abandonara su tozudez porque su amor no iba a ser correspondido.

Desesperado, Clapton se refugió nuevamente en la música y en el coñac y comenzó su relación con la heroína. Afortunadamente, un día le llamó el bajista Card Radle, el músico que había conocido con Delaney and Bonnie. Carl le contó que acababa de dejar el grupo de Joe Cocker, junto con el inmenso teclista Bobby Whitlock y el maravilloso batería Jim Gordon y que buscaban algo. Eric Clapton ya tenía grupo. Un excepcional grupo.

Empezaron a tocar en pequeños clubs a las afueras de Londres. Una noche, un presentador imbécil, para salir del paso, los llamó Derek and the Dominos. Y con ese nombre se quedaron. Para salir de Londres, Stigwood decidió que grabaran en Miami, con el gran Tom Dowd, en los ahora renovados Criteria Sounds. Era un nueva vía que sacaba del pozo a Eric. Clapton estaba harto de su fama, de los Cream, incluso de Blind Faith, el supergrupo que habían formado «casi a la fuerza» con Stevie Linwood, obligados por Ginger Baker, batería y personaje que para Eric era la misma peste, el hombre que le metía en el «caballo».

La historia de Layla

Se dice que Clapton, en aquellos días de alcohol, coca y heroína, estaba marcado por Ian Dallas, un escritor que se hacía llamar Abdalqadir as Sufi, y era el líder de un movimiento pro-islámico llamado Murabitun World Movement, de cierta prominencia en los años setenta, con residencia en España, la «tierra del corazón» de los árabes.

Dallas le había entregado a Eric un libro titulado ‘La historia de Layla y Majnun’, escrito por Nizami Ganjavi, el poeta clásico iraní del siglo XII, en plena hegemonía árabe. Se trataba de la desesperada historia de un hombre enamorado de manera enfermiza de una preciosa mujer inalcanzable llamada Layla, con la que no podía casarse porque estaba casada con un hombre muy poderoso. Clapton encontró en esa historia la vía de escape de su tortura sentimental. Empezó como una canción de amor, pero se convirtió en un tema poderoso de rock, con un increíble riff de guitarra, una violenta sensación amorosa, con tres guitarras eléctricas dobladas a propósito del triángulo amoroso.

Así nació la historia de un clásico en la historia del rock, ‘Layla’. Un soberbio tema que contó con la inestimable y sensacional participación del extraordinario Duanne Allman, el líder de los Allman Brothers, el increíble grupo de Macon. En el estudio el tema se convirtió en una larga canción, casi una pequeña sinfonía de amor. Además, su grupo, los Dominos era soberbio. Sobre todo era un placer tocar con el absolutamente increíble batería Jim Gordon, el favorito de todos los tiempos de Clapton. Al fin al cabo, él fue el creador de la melodía, de los acordes de ‘Layla’.

Antes de salir en un viaje hacia Miami, Pattie le había encargado a Eric un par de «jeans» Landlubbers, con un par de pequeños bolsillos delante. Pattie se los pidió acampanados. Así nació el tema ‘Bell bottom blues’, también instalado en el disco doble de vinilo, donde se encontraba ‘Layla’. El álbum doble en vinilo se llamó finalmente ‘Layla and other assorted love songs’. Un gran disco, sí señor., con una versión conmovedora de ‘Little Wing’ de Hendrix que Eric grabó al enterarse de su muerte, precisamente mientras grababa ‘Layla’.

Oh, Calcuta

Recién llegados de Miami, los Dominos decidieron dejar en paz a su líder y se movieron de Hurtwood a un apartamento en South Kessington,un ‘flat’ que había comprado Eric y que todavía conserva porque está muy cerca del Royal Albert Hall. Una tarde en que Eric y Pattie sabían que el apartamento estaba vacío, se citaron y por fin su Layla escuchó ‘Layla’. Antes de ponérsela en cinta abierta, en un magnetófono Revox, Eric le dijo que era una de las mejores canciones de su vida, compuesta desesperadamente para ella. Le contó la historia, pero Pattie le dijo que ya tenía el libro, porque Ian Dallas les había dado uno a cada uno. Clapton le puso el tema tres veces. Por lo menos. Patti le dijo que le gustaba, pero que la ponía en un solemne compromiso, porque todo el mundo sabría que se refería a ella. La canción iba a ser un completo escándalo.

Aquella misma noche, Pattie había quedado con su amigo Peter Brown, que trabajaba para Apple, para presenciar el estreno del fenómeno ‘Oh Calcutta’, el musical de los desnudos. Era la noche del 30 de septiembre de 1970. Clapton también consiguió entradas. Durante el descanso, logró que Brown le cediera su sitio y pudo ver el resto de la función con su Layla. Tras el estreno en el teatro West End Royalty, Stigwood, el mánager australiano, dio una soberbia fiesta en en su mansión. George se había quedado en Friar Park. ‘Oh, Calcutta’, que había sido un descubrimiento de Lennon en Nueva York, no le interesaba nada.

La gran fiesta se celebraba en Stanmore, al norte de Londres, donde vivía Stigwood. Fue la noche en que Eric y Pattie no pararon de besarse ni de ir juntos de la mano a todas partes. Alguien llamó a George y le dio el chivatazo. George se presentó en el ‘party’ bien entrada la noche, hecho una furia. Tardó en encontrarlos, pero al verlos de la mano explotó como hombre engañado con su mejor amigo. Para colmo, en plan inocente, como un niño al que le habían pillado haciendo algo malo, Eric le dijo a su colega que estaba profundamente enamorado de su esposa. George fue rápido en ese momento. Se dirigió instantáneamente hacia Pattie y le preguntó con quién se quedaba.Patti contestó con rapidez:

-George , me vuelvo a casa contigo.

Días de pena y frustración

La frustración de Clapton fue apoteósica. Para convencer a Pattie le llegó a decir, que por su amor, su hermana Paula lo había abandonado y se había ido con Bobby Whitlock, el teclista de sus Dominos. Pero, de alguna manera, también sabía que de ninguna manera Pattie iba a dejar al gran hombre, George Harrison. Como en la historia persa.

Todo se convirtió en un drama, porque un par de meses después, Harrison se vengó de los Beatles y logró su más asombroso éxito con ‘My sweet lord’ y su álbum triple ‘All things must pass’, en el que aún sin poder firmar, su amigo Clapton había sido decisivo durante la concepción y la grabación del disco. Así que trabajaba gratis para el marido de la mujer de su vida. Se tuvo que conformar con que Phil Spector, que había producido el disco de George, dirigiera también dos temas de Derek and the Dominos.

Para Pattie, simplemente, con el descomunal éxito de George, la figura de su marido se agigantó y brilló como luz divina, mientras que su supuesto amante era sólo una tea casi apagada.El disco de Derek and the Dominos fue un fracaso.

Hubo un breve encuentro más, casi como de película de David Lean, cuando Pattie fue a despedir a Eric a un aeropuerto, cuando se marchó a grabar a Miami su trascendental ‘461 Ocean Bulevar’. Los amantes no se volvieron a ver en años. Hubo también una carta de Eric, enviada desde Llanddewi Brefi, en plena digestión y crisis con la heroína. La había escrito sobre un trozo de ‘Ratones y hombres’, de Steinbeck, y decía en ella que por su amor había sacrificado su vida, su dios, su propia existencia y que ella ni se había movido. Acababa escribiendo que «encerrar en una jaula a un animal enamorado era un pecado». Patti le respondió con un duro poema pesimista de Baudelaire. Luego se arrepentiría.

Para el concierto de Bangladesh, Eric Clapton estaba peor en su relación con la heroína. George le prometió que si iba al hotel Plaza en Nueva York, en cuanto llegara tendría lo que le había pedido, varias dosis de jaco. Clapton tocó absurdamente mal, rodeado de Dylan, Russell , George, etcétera. Estaba tan perdido que se saltó los ensayos y cuando se dieron los conciertos, el mismo día, se equivocó terriblemente al salir con una enorme Grestch, en lugar de su ‘blackie’.

Pattie claudica

Pasaron meses y meses. En marzo de 1974, mientras Eric Clapton grababa su parte de cura-guitarrista con Pete Townshend, en los Eel Pie estudios de Londres, para la banda sonora de ‘Tommy’, el gran álbum que ennoblecía la película ridícula de Ken Russell, Clapton le pidió al lider de los Who que lo llevara a Friar Park para ver una vez más a Pattie. Eric sabía perfectamente por terceros que el matrimonio navegaba a la deriva. Una vez en Friar Park, Pete se las arregló para llevarse a George Harrison al estudio, con la excusa de ponerle algunas canciones, mientras Eric y Pattie se quedaron en el salón haciendo manitas. Según Eric fue el momento en que la vio más dispuesta a prescindir de George, en todos los largos años de desesperante relación.

El verano siguiente, Pattie Boyd le dijo a George Harrison que quería el divorcio. El 3 de julio, la nueva Layla se instaló en Los Ángeles con su hermana Jenny y ek esposo de esta, Mick Fleetwood , el batería de Fleetwood Mac.

Clapton había dejado la heroína, pero aún era un borracho con problemas graves. Seguía prefiriendo el coñac, pero lo aligeraba con ginger, con lo que fuera. Bebía sin parar y eso que ganaba dinero en sacas, gracias a la increíble gira del álbum ‘Ocean Boulevard’, el mayor éxito de su carrera hasta esos momentos.

El gran Roger Forrester, el ‘casi eterno’ mánager de Eric tuvo una idea maestra, genial. Como veía a Eric escaparse por el sumidero del alcohol, sacó el gran as de la manga. Roger sabía que Pattie estaba en Los Ángeles y que se había separado de George. Le sugirió que la llamara y que Pattie se uniera a la gira. Eric no se hizo esperar. Justo el día 6 de julio Pattie se incorporó a la gira en Buffalo. Ocurrió un día que Eric tenía una conjuntivitis. Se la había pegado su amante del momento, la cantante, la «maría magdalena» Yvonne Elliman.

Poco después, Pattie, Layla, se convirtió simplemente en Nell . Eric siempre la llamaba así.Y desde aquel 6 de julio de 1975, Pattie tuvo que aguantar a un borracho, un drogadicto y un mujeriego hasta que ya no pudo más y lo abandonó en septiembre del año 1984. Su vida , la vida de la nueva Nell , fue simplemente un infierno con el hombre que decía haberla amado tanto. Como confesó él mismo en su autobiografía, durante todos esos años, para Clapton lo único realmente imprescindible era el alcohol. Para desesperación de Eric , Pattie solía consumir alcohol y coca siempre con moderación. Algo que volvía loco al guitarrista.

Tormenta en Ibiza

Tuve la suerte de conocer a la pareja justo dos años después, en agosto de 1977, gracias a mi amiga Beatriz Zala, cuyo hermano había tenido el atrevimiento de contratar para tocar en Ibiza al gran Eric Clapton. Fue una rara actuación, un 5 de agosto, en la Plaza de Toros de Ibiza. Zala era de origen húngaro y tenía un sentido hedonista de la vida muy notable. Seguro que convenció a Forrester, el mánager de Eric, porque tras conocer los placeres de la Barbados y del Goldenye de Ocho Ríos, Clapton se había convertido en un amante de los yates. Casi trágicamente, para todo los involucrados en la gira de Clapton, llegar a Ibiza fue un infierno. El barco de Clapton salió de Cannes la noche del 3 de agosto y tuvo que soportar una tremenda tormenta que acabó en gritos y delirios. Y miedo, mucho miedo, según comentaba el propio Clapton ya en Ibiza. De aquella visita al improvisado camerino de los Clapton, gentileza del promotor Zala, me llamó mucho la atención que Eric apenas hacía caso a Pattie, de la que recuerdo llevaba un generoso escote que dejaba ver casi todo. Yvonne ya no estaba en el grupo. En los coros estaba la enorme cantante Marcy Levy. Años después , me enteré de que por el miedo y los gritos de las mujeres, y el pánico general suscitado por la tormenta de aquel viaje a Ibiza, desde aquel momento, Clapton prohibió que la mujeres viajaran durante las giras. A Nell le pareció el gesto más machista de Eric de toda su vida.

Finalmente, la boda entre Layla y Majnun tuvo lugar el 27 de marzo de1979, en la Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo, en Tucson Arizona. Fue un reverendo mexicano quien ofició la ceremonia con pocos testigos y una liturgia muy simple. La verdadera boda se celebró el 19 de mayo de 1979 en Heartwood Edge, en su jardín. Entre los invitados estaban Mick Jagger, Jack Bruce, Jeff Beck, Ringo Starr, Paul Mc Cartney y, por supuesto, George Harrison, con su esposa Olivia.

Hubo una enorme ‘jam session’, con los tres ‘beatles’ y Mick cantando. Si hubiera estado John, los cuatro Beatles hubieran tocado por última vez juntos. Ninguno de los presentes supieron nunca la razón por la que Lennon no se presentó. Me fío de la versión de Clapton que cuenta que John le llamó por teléfono durante la fiesta y se excusó diciendo que si hubiera estado al tanto, habría acudido. Al final, de la noche, Eric y Pattie se quedaron sin noche de bodas. Mick Jagger y Jerry Hall se encerraron en el dormitorio de los Clapton y no salieron en toda la noche. Horas antes, el viejo novio de Jerry, el ‘dandy’ Bryan Ferry había salido corriendo de la fiesta al enterarse que Jagger estaba con su vieja novia.

Layla, Nell o Pattie se divorció legalmente de Majnun, Derek, Eric Clapton en marzo de 1988, tras haber sido abandonada por Eric cuatro años antes. El guitarrista había huido con la periodista italiana Lori Del Santo, la madre de Conor, el crío que murió trágicamente al caerse de un piso 53 de un rascacielos en Manhattan. Esta es la historia.

Como decía Eric, siempre nos quedará «Layla».Como un tonto, me enamore de ti / Y puse mi mundo patas arriba / Resolvamos la situación de la mejor manera posible / Antes de que finalmente me vuelva loco / Por favor no digas que nunca encontraremos un camino / Ni me digas que todo mi amor será en vano.


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