Entre los eventos más importantes realizados en nuestro país este año fue el grandioso e irrepetible concierto de Róger Waters

Escrito por el 30 diciembre, 2018

Fecha:El sábado 24 de noviembre
 
Esa noche Roger Waters nos mostró Us + Them, su gira con un despliegue técnico, el más impresionante del mundo (en lo visual y lo sonoro), A sus 75 años, Waters no da signos de querer dejar de darle de ser un activista que emplea esa magna plataforma para decir al mundo sus mensajes.
 
En las dos horas y media de su espectáculo y una una jornada histórica, la noche y la escenografía gigante logro su cometido
 
Con puntualidad británica, las luces se apagaron a las 7 en punto, y la pantalla se encendió para ver a un niño sentado frente al mar. Los parlantes se activaron para escuchar los primeros sonidos que envolvían al público en el ambiente frente al océano. Fueron unos 20 minutos de espera, pero cuando finalmente inició la música, todo fue perdonado.
 
El concierto inició con Speak to me/Breathe, las mismas dos canciones que abren el mítico álbum Dark Side of the Moon. Es un disco que ha vendido 45 millones de copias alrededor del mundo (el tercero con mayor venta en la historia) y que de seguro había sido escuchado por los presentes millones de veces. Pero seguramente nunca habían escuchado esa introducción como la escucharon el sábado.
 
Pulsaciones de un corazón, sonidos de una máquina registradora y en la pantalla imágenes de un planeta solo en el universo anunciaron la llegada de la banda.
 
En frente de ellos, Waters, que con los años solo ha ganado más confianza en el escenario. La canción finalizó con tranquilidad y luego sonaron las primeras notas de bajo de One of These Days, uno de los cortes más experimentales de Pink Floyd.
 
Durante la larga introducción un solo de guitarra acompañaba la caminata de Waters por el escenario, quien saludaba con un puño en alto al público, que le respondía con gritos.
 
 
Toda la zona numerada de gramilla estaba de pie tomando videos, las sillas estaban de adorno.
 
Al terminar el tema, unos sonidos de tormenta invadieron el Estadio Nacional. No se trataba de lluvia, sino del sistema de sonido envolvente que anunciaba la introducción de Time.
 
Waters apareció en la pantalla para cantar los versos de la canción y luego, las manos del guitarrista principal. El solo de guitarra de Time les arrancó la primeras lágrimas a muchos de los presentes, quienes se abrazaban incrédulos por lo que pasaba.
 
Continuando con los temas de Dark Side of the Moon, de un piano se escucharon los primeros acordes de The Great Gig in The Sky, una improvisación vocal que las dos coristas de Waters elevaron a un plano superior al de la grabación; el público así se los hizo saber con sus gritos y aplausos.
 
Waters casi no había cantado en los primeros 20 minutos de concierto, pero eso estaba por cambiar con Welcome to the Machine. En este tema del disco Wish You Were Here el músico dejó de lado su bajo, y sorprendió con su guitarra eléctrica.
 
Durante el solo de sintetizador el estadio entero pudo sentir la potencia del sonido envolvente al mismo tiempo que veía las animaciones que el mismo Waters comisionó en los años 70 para esta canción.
 
Para el segundo solo de Welcome to the Machine, la pantalla lo enfocó y se vio al músico británico pasearse por el escenario y tirarle besos al público.
 
Por un rato, Waters decidió dejar de lado el pasado e interpretar algunos temas de su último disco como solista. Deja vu, The Last Refugee y Picture That fueron las elegidas y todas aprovecharon muy bien el sonido envolvente: orquestas, efectos y hasta la voz del líder del grupo sonaban allí.
 
Los efectos visuales, así como las letras, narraban los dramas de los refugiados, criticaban la militarización y las injusticias de Japón, Afganistán, iniciando así el bloque más político del show.
 
Picture That fue la más psicodélica de las nuevas e incluyó la primera aparición en pantalla del enemigo #1 de esta gira: Donald Trump.
 
En medio de estos mensajes, Waters decidió colocar Wish You Were Here, un tema que sin exagerar fue coreado por cada unas de las 46.000 personas presentes. Si había que llorar en una parte del concierto, era en esta.
 
Pero el bajón no duró mucho.
 
Las luces se apagaron de golpe. Y un helicóptero empezó a sonar a lo lejos. Ya todos sabían lo que venía mas nadie estaba preparado para verlo de tan cerca, así es, venía Another Brick in The Wall, la canción más icónica del álbum The Wall, lanzado en 1979. Para muchos esta pieza es la introducción en el amplio muestrario que puede ofrecer Water y compañía.
 
La banda estuvo acompañada por 12 niños del colegio Oratorio Don Bosco, quienes salieron encapuchados como si fueran rehenes de la guerra en Medio Oriente o reos sentenciados a muerte. Para esta presentación, los chicos ensayaron durante dos semanas con el fin de cantar el coro “We don’t need more education”.
 
Los estudiantes se alinearon alrededor de Waters quien manejó el bajo como una extensión de su cuerpo.
 
La canción terminó y, por primera vez en toda la función, Waters se dirigió al público.
 
“Vamos a tomarnos un descanso de 20 minutos y luego vamos a seguir con nuestra resistencia”, se despidió el inglés con el puño izquierdo levantado.
 
Durante el intermedio, la pantalla gigante mostró mensajes de crítica hacia la guerra en Medio Oriente, la administración de Vladimir Putin en Rusia y de la unión entre el estado y la iglesia.
 
Las luces se volvieron a apagar. De pronto la pantalla mostró un cataclismo, un terremoto sobre el que se erigieron las cuatro chimeneas de la estación de energía de Battersea y sobre esta opulenta estructura voló un cerdo. Le llegó el turno al disco Animals, lanzado en 1977.
 
El concierto prosiguió con el tema Dogs, que tiene una duración 17 minutos
 
Esta canción se inspira en el libro Animal Farm de George Orwell, quien hace una analogía entre la sociedad y una granja donde los cerdos son los llamados a tener gobernar sobre las demás especies.
 
La pieza cierra con un niño tirándole una piedra a un tanque de guerra.
 
No hubo respiro. Los ladridos fueron continuados por el gemido de un cerdo, el preámbulo de Pigs. Waters aprovechó los 13 minutos que dura la canción para tirarle todos sus dardos al presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
 
Durante la interpretación un cerdo gigante, el mismo que vaticinó que este día llegaría, voló sobre las 46.500 cabezas que abarrotaron el Estadio Nacional. Mientras esto ocurría la pantalla presentaba como flechazos las frases que han hecho popular la administración del magnate estadounidense. Frases cargadas de racismo, machismo e ignorancia.
 
La pieza concluyó con un contundente mensaje en español: Trump es un cerdo.
 
La crítica social continuó con el sonido de cajas registradoras, le llegó el turno a Money, otra de las consentidas del disco Dark Side of the Moon. Dicha canción es una crítica a la desigualdad social.
 
Waters no podía irse sin interpretar Brain Damage y Eclipse que representan el epílogo del laureado disco Dark Side of the Moon. Estos minutos fueron un tributo a la psicolodelia. Sobre el escenario se formó una pirámide con luces, para representar la icónica portada del álbum.
 
El músico estaba sobre el escenario presentando a sus músicos con el público, mientras el prisma aún brillaba.
 
Waters se detuvo. Por fin un respiro que reveló un humarascal que provenía del público. El músico inglés presentó a sus colegas, quienes lo acompañan desde el 21 de mayo del 2017 en esta gira bautizada Us+Them. Ya Waters tenía a toda Costa Rica en la palma de su alargada mano pero aún así se rindió en elogios. “Ustedes lideran al mundo en muchos niveles, por ejemplo, ustedes no tienen un ejército” gritó el inglés, acto seguido el estadio rugió fuertísimo.
 
Pero los elogios no terminaron ahí. No. Waters reconoció la administración, en materia de derechos humanos, del presidente Carlos Alvarado, quien disfrutó del concierto desde palco Oeste en compañía de amigos. Con el pecho inflado de orgullo, los ticos se preparaban mentalmente para despedir el concierto, el cual finalizó con Mother y Comfortably Numb, dos piezas icónicas del álbum The Wall.
 
Para quienes estuvimos ahí fuimos parte de la historia y presenciamos este espectáculo sin precedentes!!!
 
Parte de la información es tomada del Periódico La Nación
Waters demostró el gran dominio que tiene del público, donde el bajo es su gran aliado. Foto: Mayela López.
Un cerdo gigante sobrevoló en el estadio durante la interpretación del tema 'Pigs'. Foto: Víctor Fernández.

Setlist de Roger Waters en Costa Rica

Speak to Me
Breathe
One of These Days
Time
The Great Gig in the Sky
Welcome to the Machine
Déjà Vu
The Last Refugee
Picture That
Wish You Were Here
The Happiest Days of Our Lives
Another Brick in the Wall Part 2 y 3
Dogs
Pigs (Three different ones)
Money
Smell the Roses
Brain Damage
Eclipse
Mother
Comfortably Numb

 


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