Glenn Hughes: «Soy uno de los tipos que debería haber muerto más veces»

Escrito por el 21 agosto, 2019

Glenn Hughes, bajista y segunda voz de Deep Purple entre 1973 y 1976, los años de las formaciones conocidas como ‘Mark III’ y ‘Mark IV’, ha incluido generalmente canciones de aquel grupo en sus conciertos, pero nunca constituyendo el 100% del repertorio como en la gira que le trae este lunes a Apolo, titulada ‘Glenn Hughes performs classic Deep Purple live tour’. El músico lo explica a este diario por teléfono desde su domicilio en Los Ángeles.

-Su etapa en Deep Purple gira alrededor de tres álbumes, los últimos de la banda en su era clásica de los 70: ‘Burn’ (1974), ‘Stormbringer’ (1974) y ‘Come taste the band’ (1975). ¿Su nuevo ‘tour’ se inspira en los tres por igual?

-Sí, aunque haya diferencias entre la época en que estaba Ritchie (Blackmore) y la de Tommy (Bolin). Pero esta gira es un proyecto personal, porque yo ya no soy el mismo que en 1974. Estamos hablando de un tiempo en que yo tenía 22, 23 años, y el tiempo pasa rápido. Ahora miro hacia atrás y pienso qué aprendí de aquellos tiempos. Aprendí de Ritchie, que era una guitarrista fabuloso, uno de los grandes del rock, y de Tommy, igualmente un fantástico guitarrista pero además un hermoso, hermoso, hermoso, ser humano. Aprendí de las personalidades, de las emociones, de los talentos, de compartir situaciones con todos ellos, de la diversión… Los discos con Blackmore fueron increíbles; ‘Burn’ representaba un rock más directo; ‘Stormbringer’ era un disco más musical quizá, y ‘Come taste the band’, con Tommy, fue una aventura en un territorio algo distinto. Estoy muy satisfecho de los tres.

«Estoy bajo el paraguas del rock pero puedo componer canciones de diferentes estilos»

-En esta gira se inspira más en las versiones en directo de aquellos años que en las tomas de estudio, ¿no es así?

-Sí, las versiones en directo, con sus dinámicas y su espontaneidad, cambiando de una noche a otra. Deep Purple era un grupo que se desafiaba a sí mismo musicalmente. Ahora con los músicos de mi banda, tipos a los que adoro, decidí hacer esas canciones a partir de los arreglos en directo, del festival California Jam, del álbum ‘Made in Europe’ o de la última gira, tratando de mantener el material fresco.

-Es un repertorio de clásicos como ‘Burn’ o ‘Mistreated’, pero sin algunas piezas menos conocidas pero asociadas a su voz, como ‘Holy man’ o ‘This time around’.

-Incluí ‘Holy man’ hace un par de años y voy a introducirla de nuevo en los próximos seis meses. Las cosas siguen moviéndose, pero creo que este repertorio será apreciado por el público español. Tengo muchas ganas de tocarlo.

-La introducción de ritmos ‘funky’ en ‘Stormbringer’ fue aparentemente la razón por la que Ritchie Blackmore abandonó el grupo en 1975 para crear Rainbow. ¿Recuerda malas vibraciones con él por ese motivo?

-Deje que le cuente mi versión. Antes de que se escribiera ni una nota para ‘Stormbringer’, los cinco miembros del grupo nos reunimos en el castillo de Clearwell, en Gales. Ritchie tan solo aportó un par de canciones, ‘Stormbringer’ y ‘Soldier of fortune’, que hizo con David Coverdale. Yo creo que él había decidido ya que quería dejar la banda antes de hacer ‘Stormbringer’. David y yo trabajamos en otras canciones con Jon Lord, como ‘Holy man’ y ‘Hold on’, para completar el disco. Como sabrá, adoro el soul de la Tamla Motown y mi idea era que Deep Purple cambiara su estilo. Pero no estoy molesto con Ritchie, porque como decía antes, todos cambiamos, todo se mueve. Mi propia carrera es un cambio constante. Estoy bajo el paraguas del rock pero puedo componer canciones de diferentes estilos.

«David (Bowie) siempre me decía que debía hacer cambios, que cambiara mi corte de pelo, mi ropa…»

-¿Cuál fue la principal aportación del ‘Mark III’ de Deep Purple frente al ‘Mark II’, famoso por los clásicos ‘Smoke on the water’ o ‘Highway star’?

-Ritchie quería que hubiera dos cantantes en el grupo y por eso me cogieron a mí, para que cantara con David. La banda necesitaba recargarse y hubo nuevas influencias: ‘Burn’ fue un gran álbum, y muy vendedor. Creo que se trató de redefinir a Deep Purple, porque habría sido estúpido fichar a un cantante que sonara como Ian Gillan y tratar de seguir haciendo exactamente lo mismo. La combinación de la voz de David y la mía fue una novedad. Jon (Lord) empezó a experimentar con sintetizadores, y él traía sus propias influencias. Deep Purple es una banda de rock muy inglesa, pero en aquella época estábamos instalados en Los Ángeles, rodeados de música americana por todas partes.

-De hecho, usted se quedó en Los Ángeles para siempre.

-Me instalé aquí en 1973, sí, cuando tenía 21 años, y ahí sigo, a los 67. En Los Ángeles encontré mi hogar espiritual, junto al océano. Estoy muy feliz aquí.

-Hay un interesante episodio en su primera época en Los Ángeles, cuando compartió apartamento con David Bowie, en 1975, tras conocerlo en una fiesta.

-Él vivió en mi casa, en realidad: allí escribió su álbum ‘Station to station’. En la casa había teclados, guitarras… Fueron unos meses increíbles. Estuve encantado de tener a David a título privado, casi nadie sabía que estaba allí, y había gente buscándolo y preguntándose dónde estaría. David siempre me decía que debía hacer cambios, que cambiara incluso mi corte de pelo, mi ropa…

«‘Last concert in japan’ nunca debería haber visto la luz. Se publicó solo por afán de lucro»

-Con el tiempo, el ‘Mark IV’, con Tommy Bolin a la guitarra (fallecido de sobredosis a los 25 años, en 1976), ha sido reivindicado, y el DVD ‘Phoenix rising’ (2011) puso luz sobre la gira de 1975-76. Un período difícil, con aquel concierto en la Indonesia del dictador Suharto, en que corrió peligro su integridad física.

-Mi guardaespaldas fue asesinado. Ya sabe la historia. Nos metieron, a un asistente del grupo y a mí, dos días en la cárcel. Fue algo terrorífico. Pasé mucho miedo. No sabíamos cuándo nos soltarían. Ninguna banda de rock había actuando antes en Yakarta. Y todo resultó ser un montaje dominado por el dinero. De eso se trataba: de sacarnos dinero, dinero, dinero… Exigieron que devolviéramos el caché del concierto para liberarme. Pero, en fin, conseguimos salir de allí y la gira se retomó en Japón, pero Tommy (Bolin) sufrió entonces un pinzamiento en el brazo porque se había quedado dormido encima de él, y el concierto del Budokan no fue el mejor de nuestra historia. El disco que luego publicó Purple Records (‘Last concert in Japan’) nunca debería haber visto la luz. David (Coverdale) y yo nos enfadamos mucho con ese lanzamiento. Se publicó solo por afán de lucro. Tommy no estaba bien y yo prefiero recordarle en otros momentos, como el músico de gran talento que era.

-Deep Purple implosiona en 1976 y usted se decantó sin rodeos por el soul y el funk en el más bien intimista ‘Play me out’, su primer disco en solitario.

-Comencé a escribir ese disco cuando tenía a David Bowie en casa, y luego, cuando Deep Purple se rompió, pasé unos meses en los que me sentí muy solo y me apeteció volver a mi material más soul. Porque yo puedo componer y tocar muchos estilos de música, e hice un disco con metales, cuerdas y coristas. El año 1976 fue para mí de transformación: de forma cantar, de aspecto físico, de forma de sentir… Porque yo no me paro a pensar en el ayer, pienso en el momento.

-En los 80, mientras sus excompañeros de Deep Purple funcionaban con bandas como Rainbow o Whitesnake, usted dio señales de vida muy dispersas junto a Pat Thrall, Gary Moore o incluso convirtiéndose brevemente en cantante de Black  Sabbath. ¿Años desenfocados?

-Oh, sí, esto es importante y me gustaría que quedara claro: literalmente, yo no recuerdo los años 80. Incluya esa frase en el artículo, por favor. Yo estaba muy enfermo. Era un hombre perdido en la confusión. Sí, en los 80 hice el disco de Black Sabbath, y el de Gary Moore, el de Hughes/Thrall…, pero no puedo recordar apenas nada.

«Literalmente, yo no recuerdo los años 80. Incluya esa frase en el artículo, por favor»

-Hablamos de adicciones: drogas y alcohol.

-Es importante que se sepa, en particular la gente joven, que llegado un momento decidí que mi vida debía cambiar, que ya había tenido bastante de drogas y de alcohol. El día de Navidad de 1991 sufrí un ataque al corazón a causa de las drogas y en aquel momento, cuando me desperté en el hospital, me di cuenta de que tenía que cambiarlo todo en mi vida: de número de teléfono, de casa… Debía convertirme en alguien anónimo y vivir de incógnito, estar solo, marchar. Cuando me di cuenta de que podía vivir sin las drogas, sin la bebida, a partir de 1994, es cuando podemos hablar del ‘regreso de Glenn’. Atrás quedaban 12 o 13 años en los que viví en la oscuridad. Durante todo ese tiempo no fui una persona feliz. Soy uno de los tipos que debería haber muerto más veces. Ha habido tanta droga, tanto alcohol, tanta mujer, tanto de todo en mi vida  que debo dar las gracias a  Dios por estar vivo y seguir haciendo música.

-En aquel momento difícil, en 1992, hizo una aparición estelar en una tremenda canción (y videoclip) del dúo electrónico The KLF, ‘America: what time is love?’. Fue como una aparición apocalíptica.

-Grabé la canción y el vídeo justo antes de ingresar en el Betty Ford Center, en California, para la rehabilitación. Y le diré algo: sabía que esa canción sería un ‘hit’ brutal, y me dije a mí mismo que era el momento de hacer lo mío de una vez y de apartarme de la gente que no me hacía ningún bien. Ahora entiendo lo que significa una adicción, sé que significa y sé que es una enfermedad. Cantar ‘America: what time is love?’ con The KLF fue una gran ayuda para mí, una gran oportunidad.

-En los últimos 25 años le hemos visto metido en muchos proyectos: discos en solitario, asociaciones con Joe Lynn Turner (ex-Rainbow) o Chad Smith (Red Hot Chili Peppers) y nuevas bandas como Black Country  Communion (con Joe Bonamassa) y California Breed. ¿Ha preferido seguir aquel consejo de David Bowie, ‘sigue cambiando siempre’, que tratar de consolidar un proyecto concreto?

-Ahora llevo unos años con los mismos músicos, en particular el guitarrista Soren Anderson, y me gusta tanto conservar colaboradores como ir cambiando: he tocado con Jason Bonham, por supuesto, y con Chad Smith, un buen amigo, y con Joe Satriani, y Steve Vai… Como quizá pueda deducir, me gusta desafiarme a mí mismo y vivir cada momento. Esto es importante, hermano: a Glenn Hughes le gusta el reto en sí mismo.

«A partir de 1994 es cuando podemos hablar del ‘regreso de Glenn’. Atrás quedaban 12 o 13 años de oscuridad»

-Ahora le vemos centrado en esta gira, ¿volverá Black Country Communion?

-Con Joe (Bonamassa) voy a hablar pronto, y espero que el año que viene haya un nuevo disco del grupo. Este año lo dedico a esta gira en torno al material de Deep Purple, y luego quién sabe qué puede ocurrir. Mucha gente me propone cosas, pero quiero hacer solo lo que me apetece, lo que necesito hacer, siempre con gente fantástica, y ser feliz. Todo el mundo debe poder ser feliz en este mundo.

-¿Hay algo todavía que le gustaría que ocurriera en su relación con ex miembros de Deep Purple, algún reencuentro con David Coverdale, Ritchie Blackmore u otros excolegas?

-Tres años antes de que Jon (Lord) muriera, David y yo, junto con Jon, tratamos de que el ‘Mark III’ regresara, con Ritchie (Blackmore) e Ian Paice. Pero no hubo manera de que Ritchie se pusiera al teléfono. Pasaron los meses y fue imposible. Luego Jon nos dejó, Dios le bendiga. Nos acercamos mucho, Jon y yo, en los últimos tiempos. Debo decir que David y yo podríamos haber hecho algo juntos igualmente, pero, simplemente, no ha ocurrido. Mi propósito es dejar el legado de Deep Purple en buena forma. Ni siquiera sé si la actual formación de Deep Purple piensa seguir mucho tiempo. David y yo somos muy amigos, quién sabe si acabaremos haciendo algo juntos. Veremos.


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